Agradecimientos de Daniel Valtueña

❤️ El pasado jueves defendí mi tesis doctoral, me hice doctor y puse fin a una de las etapas más preciosas de mi vida. Gracias a todas las personas que me habéis acompañado en este proceso. Aquí los agradecimientos de mi tesis doctoral: su sección con más significado ❤️
A MIS PROFESORAS
Escribir una tesis doctoral es una labor individual y sin embargo imposible de llevar a cabo sin el apoyo y cuidado de múltiples personas e instituciones. En primer lugar, gracias a mi director de tesis Paul Julian Smith por su profesionalidad, atención y cariño a lo largo de este proceso. Gracias también a los miembros de mi comité de tesis Fernando Degiovanni, por haberme llevado al límite de mis capacidades para desde ahí pensar desde los márgenes; Jean Graham-Jones, por su constante entusiasmo e infinito altruismo intelectual; Luis Alegre, por su intacta generosidad en un casual reencuentro años después; y Marta Segarra, por su inspiradora elocuencia y desinteresada atención. Gracias, también, a todos los profesores y profesoras que durante mi etapa doctoral han contribuido directa o indirectamente a alimentar esta tesis. Gracias, especialmente, a Isolina Ballesteros, Álvaro Fernández y Magdalena Perkowska.
Esta tesis está dedicada a mis profesoras. Sin ellas ni ellos jamás hubiera podido siquiera imaginar la posibilidad de firmar una tesis doctoral. Su magisterio, confianza y apoyo son los cimientos sobre los que he construido mi formación intelectual y buena parte de mi personalidad. Muchos profesores fomentaron generosamente y alimentaron con abundancia mi curiosidad intelectual durante mi educación secundaria contribuyendo a mi elección de desarrollar una carrera en artes y humanidades en la universidad. Infinitas gracias, Ester, por haberme acompañado desde entonces con tu apoyo incondicional, tu ilusionante imaginación y tu embargante cariño. De mi formación superior en la Universidad Complutense de Madrid quiero dar las gracias, muy especialmente, a dos profesoras que siempre confiaron en mí: Laura Fernandez e Idoia Murga Castro. Gracias, Laura, por tu constante cariño y por haberme dado unas alas que sigues cuidando hasta hoy. Gracias, Idoia, por tu prolongada confianza y cariñosa atención. Annabel Martín, Txetxu Aguado y Francisco José Moreno Martín fueron mi primer contacto con la academia estadounidense gracias a su calurosa acogida en el marco del programa de Dartmouth College en Madrid: gracias a los tres por vuestro apoyo desde entonces. Poco después, en Wesleyan University, pude también conocer a docentes que cambiaron radicalmente el rumbo de mi vida influyendo aún más directamente en el contenido, forma y contexto de esta tesis doctoral: gracias a Roger Matthew Grant, por haber puesto en mis manos mis primeras lecturas sobre teoría queer; a Melissa R. Katz, por haberme inspirado con su risueña docencia a explorar con originalidad mi desplazada nacionalidad; y a David Souto Alcalde, por haberme hecho imaginar que estudiar un doctorado en Estados Unidos era, de hecho, una posibilidad. Por último, gracias a New York University por haber sido mi segunda casa académica en Nueva York: gracias, especialmente a Jordana Mendelson, Leo Ture y Lola Jiménez-Blanco por su cariñosa atención. Muchas gracias, Jordana, por tu sobrecogedora generosidad y siempre ilusionante disposición.
Durante los últimos cinco años de mi vida he tenido el absoluto privilegio de formar parte del Ph.D. Program in Latin American, Iberian and Latino Cultures de The Graduate Center, CUNY. Gracias a todas las personas que integran esta comunidad intelectual y que, especialmente durante los primeros tres años de mi formación doctoral, fueron un apoyo fundamental de mi vida en Nueva York. Gracias a todos mis compañeros y compañeras, muy especialmente a mis compañeros y compañeras de generación. Gracias, también, a Ana Ace por su generosidad intelectual y por haberme recomendado considerar la temporalidad queer como marco teórico de mi investigación. Gracias a Lorena Paz López por su atención y confianza y, más concretamente, por haberme recomendado la lectura de Des espaces autres de Michel Foucault, tan importante para esta tesis doctoral. Me siento especialmente agradecido a Sara Cordón, Anthony Joseph y Tania Avilés, compañeros y amigos sin parangón. Él y ellas han sido pilares fundamentales durante la escritura de esta tesis doctoral. Gracias, Sara, por nuestra amistad pandémica y doble vecindad: tu sonrisa es un ejemplo de incansable optimismo e ilusionante vitalidad. Gracias, Anthony, por estos años llenos de diversiones y frustraciones desde aquella amistad a primera vista en Malasaña. Gracias, Tania, por haber sido mi gran compañera durante este doctorado y escudera de mi propia batalla contra la pandemia. Tania, Anthony: gracias de todo corazón por haber sido las mejores amigas que uno es capaz de imaginar. Gracias a Lina Rodríguez por su cariño y cuidado y a Jane Marcus-Delgado por sus admirables esfuerzos durante el último año. Gracias, una vez más, a todos los profesores del programa.
The Graduate Center ha sido mi primero casa física y después virtual durante los últimos cinco años de mi vida. Gracias, en primer lugar, a esta institución por haberme permitido llevar a cabo una arriesgada investigación solo posible gracias a una Graduate Center Fellowship y dos Doctoral Student Research Grants, entre otras importantes ayudas económicas a mi investigación. Gracias, también, a la Andrew W. Mellon Foundation por haber financiado los últimos tres años de mi formación doctoral en el marco del programa en humanidades públicas del PublicsLab a través de una Mellon Humanities Public Fellowship y una Early Research Initiative Fellowship in Public Scholarship. Gracias, en este sentido, al resto de public fellows y, muy especialmente, a Stacy Hartman, por su confianza plena. Me gustaría también dar las gracias a Katherine Carl y Claire Bishop por haberme permitido mantener vivos mis intereses curatoriales durante mi etapa doctoral y a Antoni Pizà y K. Meira Goldberg de la Foundation for Iberian Music por su siempre calurosa bienvenida y atenta disposición. Gracias, muy especialmente, a mis admiradas y admirados estudiantes de Hunter College y Baruch College por haberme hecho crecer como persona, docente y profesional. Gracias, sobre todo, a mis estudiantes del curso Spanish Modern Drama de Baruch College por haberme permitido ensayar durante el otoño de 2019 algunas de las ideas ahora plasmadas en esta tesis doctoral. Hoy me siento especialmente orgulloso y agradecido de convertirme ahora en un egresado de CUNY, mi hogar durante estos años e institución a la que he tenido el honor de servir.
El privilegio de haber podido escribir este trabajo se suma al honor de haber tenido la oportunidad de conocer y colaborar con buena parte de los creadores y creadoras que lo protagonizan. Gracias, muy especialmente, a Francisco Contreras Molina, Juan Diego Calzada González, Nazario Díaz, Ángela López, LaSeñorita Blanco, Luz Arcas La Phármaco y Abel Azcona por su desinteresada entrega y generosa atención. Igualmente, esta investigación me ha servido como trampolín para entablar fructíferas conversaciones y valiosas amistades con colegas como Palmar Alvarez, Steven L. Steven Torres, Karen Stolley, Mary Kate Donovan, Pepa Anastasio, Jon Snyder, Carmen Gaitán Salinas, Rafael SM Paniagua o Miguel Álvarez-Fernández, cuyas carreras son faros que iluminan un futuro que afronto con ilusión.
Esta tesis ha sido pensada y escrita entre Nueva York y Madrid, ciudades que, junto con Saint-Brieuc, han sido mis tres hogares hasta hoy. Una impredecible pandemia interrumpió el anunciado curso de mi investigación regalándome, por otro lado, un caluroso reencuentro con mi ciudad. Las personas que la habitan son, sin duda, quienes han alimentado la a menudo extenuante labor de la escritura de una tesis doctoral. Quiero dar infinitas gracias a mis amigas y amigos madrileños por su confianza ciega, constantes ánimos, palabras de apoyo y, muy especialmente, despreocupada diversión. Gracias a mis alcormigas Natalia Andrés, Patricia Martinez, Marcos, Cristina Ramirez, María, Raquel Nieto, Guillermo Moreno, Guillermo Rodado Frutos, Alberto Hernández Barranco, Sara Da Slv, Begoña San Román e Ignacio Incera por ser mis admiradísimos aliados. Sara, Bego, Igg: gracias por darme siempre impulso para iniciar cualquier despegue y mantenerme a flote en los momentos más complicados. Gracias también a Gadea Barceló, David y Darío Ferreiro por haberme acompañado en la escritura de esta tesis durante los dos casi últimos años en Madrid. Infinitas gracias, cómo no, a Gadea. Gadea, gracias de todo corazón por sacar siempre lo mejor de mí, ser la persona más luminosa que jamás conoceré y permitirme ser, mágicamente, más yo que nunca cuando estoy junto a ti. Gracias, también, a Sophie, mi alma gemela francesa a la que admiro con locura y adoro con devoción. Sophie, Jérôme, Solange, Marie: merci beaucoup. Por último, y por supuesto no por ello menos importante, gracias a toda mi familia por su amor, que es la palabra con más significado de esta tesis doctoral. Gracias, papá (Bienvenido Valtueña Angulo), por haber cogido siempre el teléfono durante estos años en la distancia llenos de confianza ciega en mí.
Gracias, en definitiva, a todas las personas que directa o indirectamente han hecho posible con su generosidad que una persona como yo haya llegado a un lugar como este. Esta tesis es para vosotras.
Skip to toolbar